Tubo de titanio

La producción de tubos de titanio implica varios pasos clave para garantizar la máxima calidad y rendimiento.

1. Fabricación de materiales: El proceso comienza con la cuidadosa selección de aleaciones de titanio de alta calidad. Estas aleaciones se eligen en función de sus propiedades y características específicas para cumplir los requisitos del tubo.
2. Fundición y fabricación de lingotes: Una vez seleccionada la aleación, se funde en un entorno controlado y se moldea en lingotes. Estos lingotes sirven de base para el procesamiento posterior. A continuación, el lingote se calienta y se enrolla en una chapa plana. Esta chapa se corta después en tiras de la anchura deseada.
3. Laminado y conformado: A continuación, las tiras se conforman en forma de tubo mediante diversos métodos, como el laminado en frío o en caliente, o la extrusión. Estos métodos permiten dar una forma precisa y controlar las dimensiones y propiedades del tubo.
4. Producción de tubos: Las secciones de los tubos de titanio conformados se sueldan hábilmente para crear un tubo sin soldadura. Este proceso de soldadura es fundamental para garantizar la integridad estructural del tubo.
5. Tratamiento térmico: Tras la soldadura, los tubos se someten a un tratamiento térmico. Este proceso optimiza la microestructura del titanio, mejora sus propiedades mecánicas y alivia las tensiones introducidas durante la soldadura.
6. Tratamiento superficial: A continuación, los tubos se someten a un meticuloso acabado. Esto incluye cortar el tubo a la longitud deseada, chorrearlo con arena para eliminar cualquier impureza y pulirlo para conseguir un acabado superficial liso.
7. Control de calidad: A lo largo de todo el proceso de producción, se realizan rigurosas inspecciones y pruebas para verificar la conformidad

Tubos sin soldadura y soldados

Los tubos sin soldadura se fabrican extrayendo titanio en forma de tubo directamente del titanio fundido; se prefiere este método por su capacidad para mantener la uniformidad en todo el cuerpo del tubo.

Los tubos soldados, por su parte, se fabrican formando un tubo con una lámina plana de titanio y soldando el borde. Cada método tiene sus ventajas específicas en términos de coste, resistencia e idoneidad para la aplicación.